Una es ninguna !
Skylight, Cueva Hoyo del Guano, Foto;Julia Froylan
Se escucha por ahí “…Preguntando se llega a Roma…”, y es eso lo que hacemos, una, dos y muchas veces más, que bien se siente aplicar las frases de los padres, de los abuelos y de los de antes que ellos, esos que seguramente metamorfean. ¿Existe alguien que nos haya dicho algo similar? Parece que todos viven en su propia Xalapa y alrededores, y aún así, hemos llegado a un supuesto Paso del Toro…una zona llena, repleta de construcciones, conjuntos habitacionales, es un espectáculo interesante producto de la arquitectura, la ingeniería civil y los guerreros que dan la cara y hasta el alma; a lo que venimos... ¿conocen de alguna cueva por aquí?, los rostros se pierden con el sol detrás de ellos, sus cuerpos se ven tan alargados desde donde estamos, silencio, otro silencio, “¡Ah!, sigan este camino de postes eléctricos, llegan hasta el río y a la izquierda se encontrarán con un paredón, quizá es allí, en la propiedad de Don Juvencio que en paz descanse, ese que sacó oro de una cueva en su terreno”, no se diga más, la esperanza no se ha ido, al contrario, se afianza firmemente. El auto llega hasta donde debe llegar, se queda en medio de un terreno fraccionado y para uno, ese límite no existe, seguimos adelante, la voz de la experiencia se escucha en todo el camino, bajamos a un arroyo, uno que debió ser hermoso, con todo y su languidez de aguas negras, hay un residuo de belleza, un sentimiento de nostalgia se nota en los rostros; sin saber como, estamos de pie sobre piedra volcánica, avanzamos por una brecha, la cual, simula, un camino de lava, el paredón se alza majestuoso, aunque dejamos la visita para más tarde, seguimos sobre el camino y las conclusiones surgen de todos los elementos, queremos hallar la cueva a como dé lugar, tan solo hay vestigios, los restos de lo que pudo ser, aunque la luz nos invade en todo su esplendor, creemos que ahí debió existir la cueva, ahora borrada del mapa por la necesidad de vivienda, el crecimiento poblacional y demás. El paredón, un monumento de la Revolución, y hasta un acueducto y sabrá Dios qué más, con su entrada en arco, con su gran presencia, luce ahora como el mausoleo de nuestra cueva, un “palo” de durazno lo decora, y nos envuelve con la sutil fragancia de sus flores, color rosa y amarillo suave, pequeñas y livianas “…son como niñas…” alguien dice y en su pensamiento sigue “…las niñas que somos”, guardamos respeto y admiración, rendimos honores; más atrás, una casa abandonada, la casa de Don Juvencio.
Tubos de Lava superpuestos, Cueva Hoyo del Guano,Tepetates. Foto;Julia Froylan
Al pie de la puerta se encontraba, Don Melesio Vázquez, con rostro afable, como si nos conociera de tiempos antiguos, dijo lo siguiente: “Muchachas, claro, aquí nomás está una cueva, pero debe bajar con cuerda… y sí,, así es, es la Cueva del Infiernillo, aquí nomás en el Tres Potrillos…pero hay otras, una enorme, híjole creo que no tiene fin, entramos desde las 7 de la noche, eran las 3 de la madrugada y todavía seguía, está en Tepetlán, allá pregunten por mi cuñado, Jesús Aguilar…está bien cerquita, aquí mismo, agarre el camino de vuelta, váyase por Cafetal y llegarán a Tepetates, Tepetlán…¡que como dan con Jesús!, ustedes pregunten que ahí todos lo conocen…sí, aquí vendemos para hacer toritos…vayan, pásenla bien, hasta luego…se llama la Cueva del Mango, pues tiene uno atravesado en una de sus entradas…hasta pronto muchachas”…perplejidad seguida de euforia, a 25 m de ahí el rancho “Tres Potrillos”, Don Víctor, nos recibió alegre y sincero, atrás de la casa, justo ahí, una pequeña oquedad de 1-1.2 m de diámetro, completamente vertical el descenso, aproximadamente de 10 m, volcánica…”El infiernillo”, tan solo la ubicamos con la tecnología disponible el GPS, una breve plática, observación de puntos para colocar sistema y una frase amorosa de despedida, desde el fondo nos dice:”Los espero…”
Rumbo a Tepetates, ya un señor nos aconseja irnos por la carretera hacia Alto Lucero, en el entronque hacia Almolonga, tomar el camino a la izquierda y no por el de terracería pasando por Cafetal, nos conviene, pues es hora de darle fin a los masajes de carretera; una voz exclama a la izquierda, pero su tono se pierde en el mar de los pensamientos, sin querer entramos a Almolonga, allá nos reciben las familias y su tarde de domingo, el calor arrecia, el paisaje se muestra árido, el pollo crudo llora inconsolable dentro de esa tina polimérica, el sol le envía sus latigazos, es mejor decir gracias e irnos inmediatamente. Regresamos al entronque y tomamos el camino a la izquierda, es maravilloso, estamos en Tepetlán. Una carnicería es lo primero que está a nuestro alcance, empieza el pueblo y ya el carnicero nos dice santo y seña de Don Jesús, ¡no, pues sí que es muy popular este señor! Llegando a la Iglesia, vuelta a la derecha, en las últimas casas, ahí en una de esas, vive. Frente a su casa, sobre el pórtico, lo llamamos, repetimos su glorioso nombre y a falta de uno, sale toda la familia: “No está, ¿qué deseaban?...ah sí, él es el que conoce las cuevas…” “¿Quién me busca? “alza la voz, henchido y rojo el propio Don Jesús Aguilar.
Los niños fueron muy entusiastas; Luisito sabía perfectamente el origen de esas cuevas, claro, en sus palabras de poema, “…vienen del vientre del volcán…” ó algo así, ya me corregirán; Angélica a pesar de vivir ahí, nunca había ido, gustosa nos acompañó, fue una gran oportunidad para ella.
Y Lucy dijo: “Caballo flojo a su casa aprieta el paso”
El regreso no por regreso, menos eufórico, galletas, jugo, fruta y sale, apurando el paso, pues un carnaval de autos nos esperaba paciente en la caseta de Cardel, y nosotros pensando que estaría tranquila, que no habría tráfico ¡qué vá!...pero lo bueno, lo mejor, ya se había dado y ya con eso teníamos para cualquier adversidad. Buscando una cueva, dimos con una, y con otra y otra y quién sabe cuántas de haberle seguido el paso a la gente de Tepetates. Como decían aquéllos, los viejos de mi alma: Una es ninguna.
Don Jesús, y sus pequeños nietos Luis y Angélica, Foto3;Julia Froylan
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Mar Rios / Guia Oficial del Grupo Espeleo de la Coordinacion de Espeleologia, CEMAC VeracruzG.Gassós / Coordinador de Espeleología CEMAC Veracruz
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